sábado, 16 de junio de 2007

El viento


Esta primavera los fuertes vientos corren haciendo fuertes tornados y huracanes. El viento es el movimiento del aire. Los vientos globales se generan como consecuencia del desplazamiento del aire desde zonas de alta presión a zonas de baja presión, determinando los vientos dominantes de un área o región. Aún así hay que tener en cuenta numerosos factores locales que influyen o determinan los caracteres de intensidad y periodicidad de los movimientos del aire. Estos factores, difíciles de simplificar por su multiplicidad, son los que permiten hablar de vientos locales, los cuales son en muchos lugares más importantes que los de carácter general. Estos tipos de vientos son los siguientes:
Brisa marina
Brisa de valle
Brisa de montaña
Viento catabático. Vientos que descienden desde las alturas hasta el fondo de los valles producido por el deslizamiento al ras de suelo del aire frío y denso desde los elementos del relieve más altos. Aparecen de forma continuada en los grandes glaciares, adquiriendo enormes proporciones en los inlandsis de Groenlandia y de la Antártida, donde soplan a velocidades continuas que superan los 200 km/h motivado por la ausencia de obstáculos que frenen su aceleración.
Viento anabático. Vientos que ascienden desde las zonas más bajas hacia las más altas a medida que el sol calienta el relieve.
El viento actúa como agente de transporte, en efecto, interviene en la polinización anemófila, en el desplazamiento de las semillas. Es también un agente erosivo.
La velocidad o intensidad de los vientos suele medirse utilizando la Escala de Beaufort. HuracanesUno de los eventos más dramáticos, nocivos y potencialmente mortales que ocurren en este país son los huracanes.
Los huracanes son producto del océano tropical y la atmósfera. Alimentados por el calor del mar, son impulsados erráticamente por los vientos alisios del este y los vientos templados del oeste, así como por su propia energía. A medida que se aproximan a tierra, traen con ellos una marejada ciclónica de agua del océano a lo largo de las costas, vientos fuertes, tornados, lluvias torrenciales e inundaciones.
Cada año en promedio, diez tormentas tropicales se forman en el Océano Atlántico, el Mar Caribe o Golfo de México. Aproximadamente seis de éstas adquieren suficiente fuerza para convertirse en huracanes. Muchos de éstos permanecen en el océano con poco o ningún impacto en el territorio continental de Estados Unidos. Sin embargo, aproximadamente cinco huracanes azotan las costas de los Estados Unidos cada 3 años. De estos cinco, dos serán huracanes mayores que se clasifican como de categoría 3 o superior (cuya definición indica que tienen vientos por encima de las 111 millas por hora) en la Escala Saffir-Simpson. Estas tormentas pueden costar a nuestro país millones, si no miles de millones, de dólares en daños materiales.
Durante un huracán, las casas, negocios, edificios públicos e infraestructura pueden resultar dañados o destruidos por los fuertes vientos y el oleaje alto. Los escombros rompen ventanas y puertas, permitiendo así que los fuertes vientos y la lluvia entren en la casa. Las inundaciones repentinas pueden arrasar los caminos y puentes o los escombros bloquearlos. En tormentas extremas (como el Huracán Andrew), la fuerza del viento por sí sola puede causar una tremenda devastación, ya que los árboles y los cables de energía eléctrica se caen y los elementos débiles de las casas y edificios fallan. Y estas pérdidas no se limitan a las costas, sino que pueden extenderse a lo largo de cientos de millas tierras adentro, en las condiciones adecuadas.
Por fortuna, hay una variedad de medidas que pueden adoptarse - tanto a nivel individual como de la comunidad - para reducir la vulnerabilidad a los riesgos de un huracán. Medidas sencillas de construcción, como el uso de contraventanas sobre cristales expuestos, y la adición de correas para huracanes para sujetar el techo de una estructura a sus paredes y cimientos, han resultado altamente eficaces para disminuir los daños cuando se produce un huracán. Además, pueden aplicarse medidas de mitigación más complejas para reducir aún más la susceptibilidad de un inmueble. Por ejemplo, las casas y negocios costeros pueden elevarse para permitir que la marejada ciclónica costera pase debajo de los espacios residenciales y de trabajo.
Las comunidades pueden reducir aún más su vulnerabilidad a los huracanes mediante la adopción y cumplimientos de códigos de construcción resistente a vientos e inundaciones. Una planeación sensata del uso de la tierra también asegura que las estructuras no se construyan en las áreas de mayor riesgo. Tornados
Los tornados: Aunque los tornados ocurren en muchas partes del mundo, estas fuerzas destructivas de la naturaleza se encuentran con mayor frecuencia en los Estados Unidos, al este de Montañas Rocallosas, durante los meses de primavera y verano. En un año típico, se reportan 800 tornados en toda la nación, que dan como resultado 80 muertes y más de 1,500 lesionados. Un tornado se define como una columna de aire que gira violentamente y se extiende desde una tormenta eléctrica hasta el suelo. Los tornados más violentos son capaces de generar una tremenda destrucción con velocidades del viento de 250 mph o más. La trayectoria de los daños puede ser superior a una milla de ancho y 50 millas de largo. Una vez un tornado en Broken Bow, Oklahoma, arrastró 30 millas el letrero de un motel y lo dejó caer en Arkansas

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